Teniendo en cuenta que hoy retomo el blog después de un largo parón, he pensado que era una buena ocasión para hablar de cómo contactar con y respetar los propios ritmos vitales, tanto desde un punto de vista interno (necesidades biológicas y psicológicas) como desde un punto de vista externo (estilo de vida). Ahora os contaré a qué me refiero con esto.
Por un lado, como personas altamente sensibles, tenemos necesidades físicas que tal vez no sean tan prominentes en el resto de la población. Necesitamos (o para nosotras, es más importante que para el resto): dormir bien, comer a nuestras horas y aquello que resulta beneficioso, descansar un poco cuando nos sobreestimulamos (para evitar la saturación), llevar un estilo de vida lo más respetuoso posible con nuestros ritmos y necesidades; y nutrirnos de cosas que nos hacen bien, que nos nutren el alma (como belleza, vínculos profundos, explorar nuestra creatividad, etc.)
Por otro lado, nuestras motivaciones vitales no suelen ser las mismas que las que dominan en la sociedad actual. Nosotros, por lo general, ‘queremos una vida con sentido’. No es que el resto no quiera un propósito. Es algo que forma parte de la condición humana. Pero a nosotros, vivir fuera de este propósito nos daña más que a otras personas. Incluso a nivel físico. Así pues, queremos un propósito, un trabajo vocacional. Y, como ya hemos comentado, también ‘necesitamos’ vínculos profundos, el contacto con la naturaleza, expresarnos de forma creativa o contemplar cosas bellas. Todas estas son cosas que ‘nos nutren’, para que podamos vivir en plenitud, vivir y no subsistir.
Y, en medio de todas estas necesidades y motivaciones, tenemos el ‘mundo real’. La sociedad en la que vivimos. El ritmo vertiginoso, los trabajos ‘porque sí’ (porque hay que cogerlos y mantenerlos para poder subsistir), un cierto ‘zápping’ afectivo en las relaciones humanas, la vida sobre el asfalto de la ciudad, poco tiempo para estar en la presencia de belleza y para crear.
¿Cómo caray se integra uno en el mundo, siendo fiel a uno mismo, y encuentra su lugar en esta sociedad sin por ello camuflarse y desaparecer?
Cómo integrarse en el mundo siendo fiel a uno mismo
Estos son algunos trucos que me han servido a mí, a construirme una vida más fiel a mi misma; integrándome a la sociedad, desde quien soy.
En la medida de lo posible, construye una vida en base a tus necesidades, y explora las opciones a partir de ahí. No explores las opciones de vida que tienes para luego ver cómo puedes incluir tus necesidades en cualquiera de ellas.
Supongamos que… necesitas dormir de 7 a 8h. Idealmente 8. Comer verdura, fruta, en lo máximo de lo posible cocinada en casa, no pasarte con los fritos y tener un rato tranquilo para comer sin tener que ir con prisas. Supongamos que necesitas trabajar en un sitio con luz natural, que los fluorescentes te ponen enfermo. Que estar a más de media hora de tu trabajo te agota sobremanera y que necesitas 30min al día para meditar, o dibujar, o leer, o escuchar un podcast sobre algún tema que te interesa.
Ese es tu mapa de tus necesidades diarias. ESTAS NECESIDADES SON VÁLIDAS, no lo olvides. Cuando busques trabajo, o pareja, o un lugar donde vivir, NO DEJES DE TENER TODO ESTO EN CUENTA. Algunas de estas necesidades, pueden ser adaptables, otras no. Sé muy consciente de lo que necesitas a nivel físico y emocional, y qué estilo de vida se adecua más a ti, y explora cuáles son las opciones que te permiten ser congruente con todo esto. Hay muchas más de las que crees, hay muchas vidas posibles. Vidas que te permitirán estar en este mundo sin ir en detrimento de ti mismo.
Si algunas de estas necesidades entran en contradicción con tu entorno más próximo, comunícalo en la medida de lo posible. ¿A qué me refiero por ‘en la medida de lo posible’?
-No hace falta que intentes conectar con ‘personas pared’. Son esas personas que tienen su visión de la vida, de lo que debería ser para ellos y para el resto de mortales, y a las que les cuesta estar abiertas a otros estilos de vida, otras formas de vivir, otras necesidades básicas. No se lo tengas demasiado en cuenta. Las personas pared, por lo general, también hacen lo que pueden, todos somos humanos. Pero si tienes algún familiar o compañero de trabajo así… es mejor que lo dejes estar. Suele ser una batalla perdida.
-A personas que sí estén abiertas, con quien puedas conectar, comunícate desde la asertividad. Ser asertivo en estas situaciones significa simplemente comunicar «Yo necesito ‘x’. Pero veo que tú necesitas ‘y’. ¿Crees que tal vez podríamos ‘llegar a algún punto común entre ‘x’ y ‘y’ donde ambos estemos cómodos?» Simplemente comunicar y proponer. No insistir. Dejarle el espacio a la otra persona para que opere desde su propia libertad. Comunicarte desde la aceptación máxima hacia ti mismo y hacia el otro. Desde el amor hacia ti mismo y hacia el otro.
-No te avergüences de tus necesidades. Comunícalas desde la seguridad, en la medida que puedas, el respeto hacia ti mismo y cierta firmeza.
De esta manera crearás un baile en la relación con los demás, sea del tipo que sea, en las que tú eres igual de protagonista que el otro; en el sentido en que no operas desde la adaptación o la complacencia, operas desde ti mismo, el respeto máximo hacia ti y hacia el otro.
Explora todas las formas posibles de vivir, trabajar, y relacionarte en entornos que te hagan bien, que te sean beneficiosos. ¿Conoces el término permeabilidad diferencial o susceptibilidad diferencial? Este concepto es uno de los que se utiliza cuando se habla de la alta sensibilidad. Las personas altamente sensibles nos marchitamos más en entornos que nos resultan negativos, nos afectan más las experiencias adversas, pero nos beneficiamos más de entornos positivos. Esto es clave en la infancia, pero sigue pasando en la edad adulta. Pon esto de tu parte. Rodéate de belleza, de calidez, de todo aquello que te haga bien.
Usa tu creatividad. Hay muchos entornos y muchos lugares de trabajo donde se va a VALORAR que seas PAS. No sólo se va a aceptar. Se van a valorar tus cualidades, aquellas que hacen que seas como eres; las que tienen que ver con la alta sensibilidad y las que forman parte de otras facetas de ti. Lo que suele pasar es que, a veces, estos entornos no son ‘típicos’, ni entran dentro de un guion de vida ‘típico’. No son los primeros que se te podrían ocurrir o que están establecidos … no es un trabajo de 9 a 18h, ir a buscar a los niños al cole y preparar la cena. En algunos casos sí, en otros no. Escoge qué vida quieres para ti.
¿Cuáles podrían ser estos entornos? ¿En qué trabajos te sentirías bien? ¿Qué horario te gustaría tener en un día normal? ¿Eres más de hacer lo mismo todos los días, o te gusta cambiar? ¿Cómo te gustaría que fueran tus mañanas, tus noches? ¿Qué actividades quieres tener en tu vida a parte de la actividad laboral? ¿De qué tipo de gente te quieres rodear? ¿Dónde puedes florecer como individuo, como profesional, a la vez que eres útil y te sientes valorado? Tienes derecho a hacerte estas preguntas y construir una vida a partir de las respuestas. A no ser que sea inevitable, no te adaptes a una vida que no es para ti.
Cree en tus necesidades. No te las niegues. Son válidas. Muchas personas altamente sensible hemos vivido sin respetarnos a nosotros mismos; pensábamos que nuestras necesidades no eran válidas, porque fueron continuamente juzgadas por personas que no entendían. Deja todo eso en el pasado. Una vez te vas conociendo, entiendes la alta sensibilidad, tu cuerpo, tus emociones… contactas con el estilo de vida que deseas, ha llegado la hora de validarte, validar lo que necesitas y luchar por la vida que te mereces.
Y, por último:
Si no tienes claro cuáles son tus necesidades (a veces no está tan claro), intenta contactar contigo para ir conociéndolas. Para ir conociendo tu cuerpo, tu mundo afectivo, el entorno que más bien te hace. Sobre cómo hacer esto, te hablaré en otro post.
¿Cómo vives tu vida? ¿Crees que respetas lo que necesitas? ¿Vives una vida en coherencia con quien eres? ¿Comunicas tus necesidades a los demás de forma asertiva?
Si te apetece compartir experiencias, espero tus aportaciones en los comentarios 🙂
Un fuerte abrazo,
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Buenísimo!! No lo has podido explicar mejor!!
¡Gracias Rosa!
Me encantó, gracias por aportar más valor y conocimiento sobre éste tema, es de vital importancia dar a conocer… Muchísimas personas desconocen lo que les pasa y afecta a su salud y a todo su entorno. Mejor prevenir y autoconocerse para tomar mejores decisiones desde la Responsabilidad sana.
Un millón de gracias
¡Exacto Puri! Me encanta lo de ‘responsaibilidad sana’.
Un abrazote,
Clara
clara gracias! pensaba en……esos momentos en los que no podemos más y necesitamos silencio y 0 estímulos…..descanso y paz, tú dónde los encuentras o encontrabas?
Gracias!!!!! abrazo
Hola TRG,
A mí me ayuda estar en casa con ‘0 estímulos’, como tú dices. Luz tenue, atmósfera cálida, silencio (si tienes la suerte de vivir sola o con gente que respeta tu espacio). También me ayuda la naturaleza… pasear por la montaña o la playa, en un lugar donde haya poca gente y se respire tranquilidad.
¡Un abrazo!
Fantàstico. Es como somos .
Felicidades por tu post, me ha gustado mucho cómo describes el rasgo y las necesidades inherentes a nuestra naturaleza. Como profesional asociada a la asociación nacional de personas con el rasgo de la alta sensibilidad te doy la enhorabuena y te invito a que continúes con esta gran labor de difusión de las características y estrategias más enfrentar el día a día desde la calma, el auto cuidado y el equilibrio.
Van saludos desde Lanzarote.
Estoy sorprendida. Sin palabras, y muy contenta…Era justo lo que necesitaba! Veo la sociedad muy superficial, las relaciones lo son y las relaciones interpersonales las veo muy poco íntimas, dicen quererse cuando casi ni se conocen o no han pasado tiempo junt@s. Veo que las personas cada vez profundizan menos entre ellas, es todo hipócrita, cada vez menos especial e íntimo y me he sentido muy mal por ello. He pensado en cambiar, en no ser tan profunda, entregada… Pero este artículo me ayuda enormemente, siempre me he incomodado por mis propias necesidades, no he sentido que son válidas o he sentido que son mas válidas las de otras personas, que las mías. GRACIAS DE VERDAD! MUCHISIMAS GRACIAS POR AYUDARNOS CON TU EXPERIENCIA, CON TUS CONOCIMIENTOS, GRACIAS POR DEJARNOS VER TODO LO QUE TIENES EN TU INTERIOR SOBRE ESTOS TEMAS TAN ÚTILES❤️🌺❤️🌺❤️🌺
Hola Eileen!
Tal como yo lo veo, las necesidades siempre son ‘válidas’. Es un compás encontrar el fluir entre tus necesidades y las necesidades de los demás (las suyas también lo son). En todo caso las necesidades son válidas y es válido comunicarlas a los otros con sinceridad, y luego ya es cosa de la relación, del baile que se da entre dos; para ver si uno puede relacionarse con el otro respetando las necesidades de ambos.
Hay relaciones que pueden darse y otras no. No tenemos porque poder ni saber relacionarnos con todo el mundo 😉 En todo caso creo que las relaciones, en su mayor medida, también deben fluir. Si supone un esfuerzo grande, a lo mejor esa relación es demasiado forzosa para ambos, se puede dejar ir y no pasa nada. Las relaciones fluidas nos dan más paz y nos hacen sentir más felices 🙂
¡Un fuerte abrazo, Eileen!
Clara
Wow. Me identifico enormemente con todo lo que decís. Estoy en Buenos Aires, ya superando los cien días de encierro por el COVID, sorprendida por la cantidad de autocuidado que pude realizar al estar sola en casa (con mi perro, claro =) ). El encierro es duro, pero también siento que la falta de estímulo externo sirvió para descubrír qué era eso que necesitaba. Todas las preguntas que proponés son las que me hice los últimos meses. Venía probando a ciegas, pensando «no puedo entregar este trabajo más rápido, si no le gusta, que no me contrate más» y demás ajustes acorde a lo que necesito yo y no lo que exige el afuera. Vengo bastante bien con ese experimento pero esto me da un poco más de fuerza! Muchas gracias!
Hola Angie,
Me alegro de que el confinamiento te haya ayudado a contactar más con el autocuidado y con eso que necesitas 🙂 Y que hayas podido hacer ajustes para respetarte más, qué guay!! Me alegra un montón.
Un abrazo y gracias a ti por compartir tu experiencia!
Clara