Alta sensibilidad y Navidades: entre la tradición y el bienestar

Llegan las Navidades. ‘Qué guay’. ¿O no?

Las Navidades son unas fiestas ‘polémicas’ seas PAS o no PAS. Hay personas a las que les gustan mucho. Personas que las detestan. Épocas de la vida que las disfrutas, otras que ni fu ni fa, otras que las toleras y otras que no puedes con ellas. En gran medida, todo esto se da por la construcción social que hay alrededor de la Navidad.

Si eres PAS, a todo esto se le suma, principalmente, el tema de la sobreactivación. Si eres introvertid@, todavía lo notarás más. Quedadas familiares, comilonas, comprar regalos; tal vez, ir de aquí para allí para comprar regalos que en ocasiones ni quieres comprar… es un caldo de cultivo para acabar agotado, cabreado y sin demasiado margen para quejarte, ‘porque es lo que hay’.

También tiene cosas bonitas. Las luces, la Cabalgata de Reyes, la ilusión con la que las viven l@s niñ@s, pasar un tiempo en casa rodeado de los tuyos en estos días en los que hace frío y se hace pronto de noche, etc.

Como en todo en la vida, parte de la clave de ‘gestionar’ mejor todo lo que ocurre en estos días está en encontrar el equilibrio entre aquellas ‘obligaciones’ que no puedes o son difíciles de cambiar, y el respeto hacia ti mism@.

Así pues, vamos a repasar un poco los problemas o ‘problemillas’ que pueden acarrear para nosotr@s estas fiestas:
Sobreactivación
Comidas y cenas. Estar con gente. Comprar regalos (y tal vez tener que ir a un centro comercial a comprarlos…).

Socialización ‘por compromiso’: todo lo que es hacer algo ‘por compromiso’ a las PAS se nos da muy mal. Nos gusta vivir desde el sentir y hacer algo ‘porque hay que hacerlo’ y, más si es pasar tiempo con gente con quien no conectamos, nos agota mucho.

Regalos ‘por compromiso’
De nuevo, ‘compromiso’.

Las pérdidas se hacen mucho más presentes
Este es uno de los grandes puntos oscuros de la Navidad. Esto no es un mero problema, es algo muy duro si estás pasando por un duelo debido a la pérdida de un ser querido, ya sea por muerte, separación, etc.

La soledad es más acusada en estas fechas
Otro de los puntos oscuros. Es un hecho muy claro que, quien se siente solo y está solo, se siente más solo estos días. Parece que todo que ser familia y calidez, y quien no lo tiene lo siente de forma muy acusada.

Todos estos factores nos pueden llevar a un punto de agotamiento físico y emocional. Si, además, estás pasando por un mal momento o, lo que es peor en estos días, un duelo, sobrellevar las Navidades se puede convertir en todo un reto.

Vayamos ahora a la parte positiva:
Volver a ver a gente hace tiempo que no ves y a la que te apetece mucho ver
Familiares con los que te apetece compartir una tarde de charla, amig@s que viven en el extranjero y ‘vuelven a casa’ por Navidad, reencontrarte con otras personas que no ves habitualmente.

Estar con las personas a las que quieres
Pasar tiempo con personas que son realmente cercanas a ti

Las calles están PRECIOSAS
Luces, ambiente festivo, escaparates llenos de colores, etc.

Regalar y que te regalen cosas compradas y hechas desde el corazón
Vendría a ser el contrario de los regalos ‘por compromiso’. Estos regalos realmente te apetece hacerlos.

Las ‘nuevas Navidades’: entre la tradición y el bienestar

Como he dicho al principio del post, creo que la clave en sobrellevar mejor estas fiestas, e incluso en disfrutar de ellas, está en encontrar un buen equilibrio en todo. Y, en este caso, defino por ‘bienestar’ a toda práctica que te haga sentir bien contigo mismo.

Y es que… ¿Quién eres? ¿Quién quieres ser en Navidad?

Si todo dependiera de ti – ¿qué te gustaría hacer realmente estos días? Encuentra algún espacio para hacer justamente eso. Tal vez quedes con la familia el 25, pero puedas hacer algo por tu cuenta le 24 por la noche (ya sea estar con algunas amistades cercanas o tomarte un tiempo para ti); tal vez tu agenda esté llena de compromisos el 25 y el 26 pero puedas estar libre el 31 por la noche.

La noche de los días ‘fuertes’, DESCANSA. Tómate un descanso entre las comidas familiares y la vuelta al trabajo, si trabajas estos días. Si no, la sensación de saturación, de frustración, e incluso de cabreo puede apoderarse de ti.

Intenta encontrar el equilibrio entre la ‘socialización por compromiso’ y la socialización por placer; te hará llevar mejor aquellas reuniones de las que no puedas escapar.

Intenta encontrar el equilibrio entre las costumbres del entorno que te rodea y tus propios valores.
Esto te ayudará a estar en paz. Por ejemplo, puedes fomentar en los más ‘allegados’ algunos de tus valores, sin “imponer nada”. Las Navidades son épocas de ‘conflicto fácil’ si tienes valores muy distintos a algunos de tus familiares, o de gran frustración si los tienes y crees que no puedes comunicarlos. Por ejemplo, en el tema de comida o los regalos. Puede que mantengas una dieta muy distinta a otras personas que te rodean, o que tengas una ‘política consumista’ muy distinta a otros. Existe un equilibrio entre callar y achantarte o pretender imponer alguna de tus costumbres y valores a los demás. Tal vez puedes regalar cosas hechas por ti en vez de comprar regalos o contribuir a la comida llevando algo distinto para comer. Es una manera de descubrir nuevas formas de hacer a los demás, desde el amor, sin imposición.

Al fin y al cabo, estas fiestas ponen mucho más de relieve aquellos valores familiares y sociales con los no comulgamos. En vez de luchar contra esto o frustrarte, intenta que sea un ejercicio para encontrar la paz en medio de estos pequeños (o grandes) conflictos e integrarte en esta realidad, integrarte en el mundo desde quien tú eres y desde lo que sientes. Se puede vivir desde un lugar de autenticidad en un mundo que parece modelado de forma muy distinta. Hablo más de cómo integrarte en este mundo en Alta sensibilidad: Cómo respetar los propios ritmos vitales.

Las Navidades también ponen más de relieve el contraste entre el ‘paripé social y familiar’ y lo que hay detrás de él, entre el verdadero cariño y la verdadera solidaridad y el ‘hacer ver’ o ‘quedar bien’. Esto nos puede sacar de quicio fácilmente. Si no se da una harmonía entre ambos, son reflejo de hasta qué punto nos sentimos fuera de lugar en nuestras familias o en nuestra sociedad.

Pero, también en las Navidades hay espacio para el respeto (hacia uno mismo y hacia los demás), para la libertad, para nuevas formas de hacer y celebrar o compartir espacios. Para fluir en la medida de lo posible con tu alta sensibilidad y respetar esta parte de ti. Ve más allá del ‘compromiso social’, de las pautas marcadas, de los ‘deberías’ y haz de estas fiestas una ocasión para encontrar una harmonía real, de quien se ama a si mismo y a la vez entiende que los demás pueden vivir y funcionar desde un lugar muy distinto al nuestro.

Y tú, ¿cómo celebras tus navidades?

Te espero en los comentarios 🙂

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    2 comentarios en “Alta sensibilidad y Navidades: entre la tradición y el bienestar

    1. Yo hace aňos que deje de hacer regalos.
      A mi me molestaba sobremanera que me pedirían el regalo que querìan casualmente cada vez màs y màs caro.
      Llegue a un acuerdo con mis hermanos y los mayores y dejamos de hacernos regalos y a los sobrinos les damos la paga con una cifra pactada.
      Estoy encantada, y los sobrinos también!!

    2. Hola. Yo, desde que me separé de mi pareja, por la lejanía de mi familia y porque trabajo estos días, he reducido este año las celebraciones familiares a la comida del 25 con una de mis hermanas. Pasé el 24 solo, escribiendo y en mi propia compañía. Ni hago ni me hacen regalos estos días. Y vivo en una casa sin adornos navideños, donde no hacemos excesos. Soy consciente de lo diferente que ha sido mi navidad a lo habitual y estoy satisfecho de cuánto he respetado mis tiempos, mis ritmos y mis necesidades. Me siento afortunado por todo ello. Aún así, no juzgo a quien lo vive diferente ni me enfado con ello, siempre que se respete mi forma de hacerlo. Un saludo

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