Alta sensibilidad: Soledad, responsabilidad y libertad

Todos estamos ‘solos’. Es una condición inherente al ser humanos.

Pero sí que hay ciertas circunstancias y vivencias que favorecen esta sensación de soledad. Hay épocas en la vida en las que sentimos que somos parte de algo, o que estamos más acompañados o más acogidos. Otras en las que, vivimos circunstancias tan particulares o las sentimos de forma tan particular, que parecemos estar viviendo una historia que nada tiene que ver con nadie ni nada.

La sensación de soledad se hace más patente cuánto más desconectados nos sentimos del resto.

Creo que hay dos factores fundamentales que hacen que esta sensación pueda ser más patente en las PAS:
– En lo que se refiere a este rasgo, somos una minoría; por ende, sentimos la vida de una forma distinta, procesamos nuestras experiencias de forma distinta, y también las integramos distinto (fruto de los enormes procesos de reflexión que realizamos)
– Lo sentimos todo más intensamente, incluida la soledad.

Por todo ello, nos sentimos ‘solos’ tanto en nuestra forma de sentir y procesar vivencias como con nuestra enorme sensación de soledad.

¿Sabías que la tristeza se regula externamente con el consuelo? Todas las emociones tienen una forma de ser reguladas internamente y una forma de ser reguladas externamente. Es algo de lo que hablaremos con más detalle en otro post. La soledad suele provocar tristeza. Y una tristeza que difícilmente puede ser regulada con el consuelo, porque justamente el no sentirnos acompañados o acogidos es lo que la provoca. Esto provoca una situación que se retroalimenta, un bucle del que puede resultar difícil salir.

Ante la sensación de soledad o desolación, lo que suele calmar el desconsuelo es la consciencia firme de que te tienes (y siempre te vas a tener) a ti mismo.

No obstante, como PAS solemos estar muy familiarizados con la sensación de vulnerabilidad o de vernos abrumados. ¿Cómo empezar a cambiarla por la de ‘me tengo a mi mismo, todo irá bien’?

Estas son cambios de actitud que me han ayudado a mí:

Cómo cambiar el foco de ‘fuera’ a ‘dentro’ para sentirse menos solo y más empoderado

Confianza en la vida (y en ti)
¿No te las has apañado hasta ahora? Pues te las puedes seguir apañando 🙂 Aunque ahora no sepas cómo. Todo se irá viendo a su debido momento. Confía 🙂

Creo que hay tres pilares básicos para encarar la adversidad con confianza y haciéndose el mínimo daño posible.

Respeto (hacia ti mismo)
Fluidez (sin resistirse a las cosas que pasan en la vida)
Constancia (haciendo lo que puedas cada día, con respeto y fluidez, sin entrar en ‘luchas’ que lo dejan a uno agotado; se puede avanzar mucho, simplemente con constancia, haciendo lo que puedes, sin tener que “luchar”). Puedes leer más sobre mi visión de la constancia aquí y aquí.

Evidentemente, el número de experiencias vividas y adversidades ‘superadas’ (o simplemente ‘capeadas’), ayuda a tener confianza.

Respeta tus procesos y tus ritmos
Ante la adversidad, respeta tus tiempos. No hay salida fácil a muchas cosas que nos pasan. Y no estamos obligados a ir a ningún ritmo determinado, más del que nos determina a veces la propia vida. No te obligues ni te compares con otros. Coge cada circunstancia por lo que es, y ves viendo que puedes hacer con ella, a TU ritmo y al que la vida te permita.

Aceptar la incertidumbre como parte de la vida
En la sociedad en la que vivimos nosotros, nos vendieron una fantasía. Cuando yo era pequeña (y no tan pequeña), el mensaje que recibía constantemente es que en la vida hay un guión y podemos meter nuestra vida en una cajita y tenerla controlada y llegar a una ‘estabilidad’ que pinta de tal o cual manera. Pero la vida es tremendamente incierta. Es parte de ella y no pasa nada, cuando se acepta. Aceptar la incertidumbre abre la puerta a la posibilidad de transformación. Las transformaciones son dolorosas pero también pueden ser mágicas, y te pueden abrir la puerta a posibles versiones de tu vida que jamás hubieras imaginado.

Cuida de ti
También está ligado con el respeto y con respetar los propios procesos. Cuando estés pasando una mala racha, no te machaques ni te fuerces. Haz lo que puedas y mímate mucho. Cuánto más duro es lo que te esté pasando, más mimos necesitas. (Y, a veces hacemos al revés, cuánto peor lo estamos pasando, más nos exigimos)

Dejar de tenerle miedo al miedo y a la tristeza
Puedes romperte. Puedes estar triste. Tener miedo. Ya te recompondrás. No estás obligado a ‘ser fuerte’ ni una piedra.

Aceptar y permitirte fluir con las emociones, es de fuertes.

El ‘problema’ es que estas emociones (miedo, tristeza, etc.) conllevan cierta sensación de fragilidad (simplemente es una sensación). Conllevan abrazar el dolor. Y no nos gusta.

No hay transformación sin catarsis, sin un momento clave en que los viejos esquemas se desmoronan y de la ruina surgen los nuevos. Y estas catarsis duelen.

No te vas a quedar ahí. Es sólo una parte del camino.

A largo plazo, suele ser mucho más duro y perjudicial resistirse a estos procesos, querer ahorrarse la tristeza, el miedo, o el duelo; que simplemente aceptarlo, fluir con las emociones… y con ello, llegar al otro lado.

Aceptar la vulnerabilidad como condición inherente al ser humano
El ser humano es vulnerable. ¿Has visto a un bebé recién nacido? Más vulnerable que esa cosita tan chiquitina que va a depender durante años de sus padres o cuidadores. Todos los somos. Todos tenemos cosas que nos cuestan más y otras que nos cuestan menos, cosas que nos afectan más o nos afectan menos… y esto va cambiando a lo largo de la vida y de nuestra evolución personal. No eres menos que nadie por sentirte abrumado ante la adversidad.

Pero, la adversidad proviene de experiencias distintas para cada cual. Lo que para uno es muy duro, para otro no lo es, y viceversa. Todos estamos más preparados para unas situaciones, y menos para otras. Es en parte por esto, que las comparaciones son tan ‘odiosas’… porque al comparar tu reacción ante una situación determinada, con la de otro en una situación similar, no estás siendo equitativo.

Los demás también están solos
Aunque a veces te pueda parecer que tú estás ‘más solo’, o sufres más, o que tu vida ha sido ‘más dura’… todo el mundo tiene su historia y sus experiencias más o menos desagradables. Y, a menudo, no es algo que se ‘vea’. Hay mucho dolor transformado detrás de las sonrisas más bellas. Lo que sí es cierto es que la vida son épocas, y a veces estamos pasando por una época especialmente mala en la que todo parece ir en contra.

Aceptar el propio camino
Y, a la vez, es un misterio pero el camino de cada cual es muy distinto. Las personas nacemos en países con contextos culturales muy distintos, crecemos en el si de familias muy distintas, recibimos una educación determinada, y pasamos por adversidades particulares… y también por momentos bellos particulares. No juzgues ni te compares con los demás. Acepta lo que va viniendo, acepta lo que a otros les va viniendo y, tanto si crees que hay una razón de ser para que todo sea tal cual es, como si no, intenta no enfadarte por lo que te viene a ti… porque no vas a arreglar nada con ello.

Aceptar la propia soledad como algo intrínseco a la condición humana, desdramatizarlo… abre la puerta a responsabilizar de la propia vida sin desolación, sin drama.

Y la responsabilidad personal, ser verdaderamente consciente de ella, abre la puerta de la libertad personal. Ser consciente de que sólo tú eres responsable de tu vida, puede dar miedo al principio, parecer duro… pero todo ello se transmuta cuando empiezas a ser consciente de tu propia libertad. De que nadie, ni nada, puede determinar lo que tú haces con lo que la vida te ofrece. Por lo general, es difícil que la vida te proporcione todo lo que tú deseas o crees que necesitas, pero la libertad reside en que, con aquello que SÍ tienes, puedes hacer lo que te dé la gana. Eres LIBRE.

En nuestra sociedad tenemos tendencia a vivir con una mentalidad de esclavitud… parece que hay tan poco que dependa de nosotros. Se ha mecanizado la trayectoria vital de las personas… trabajo, pareja, hijos, más trabajo… se escribió nuestro guión antes si quiera que pudiéramos decidirlo por nosotros mismos. Pero poco de esto tiene un fundamento real. Este guión no es intrínseco a la condición de ser humano… se ha vivido de forma distinta en épocas distintas… y ni siquiera es intrínseco a la sociedad en que vivimos; hay muchas personas viviendo su propio guión. La vida es simplemente tus circunstancias y lo que tú haces con ellas. Y hay muchos tipos de vida, muchos guiones posibles. La clave está en encontrar TU guión y creer en él. Eres libre 🙂

El guión no está escrito. Y la aceptación de lo que es no está reñida con la libertad de escribir tu guión… de hecho, la aceptación de lo que es, es la base para que accedas a esta libertad.

Ya seguiremos tratando estos temas 🙂

¿Cuál ha sido tu relación con la sensación de soledad, de desolación? ¿Qué actitudes te han ayudado a sentirme menos solo? ¿Crees también que hay una conexión entre soledad, responsabilidad y libertad? ¿O lo ves de otra manera?

Te espero en los comentarios 🙂

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    13 comentarios en “Alta sensibilidad: Soledad, responsabilidad y libertad

    1. Gracias Clara por toda la información que compartes con tanta generosidad. Soy de l@s PAS que con los año disfruto de este Don.
      Un abrazo grande desde Argentina
      María Kessler

    2. Durante mucho tiempo mi soledad estuvo muy ligada a la tristeza. Ahora soy capaz de disfrutar de esa serenidad que antes se me antojaba aburrida y en muchas ocasiones siento que prefiero estar así, sola conmigo misma. Para mí después de tantos años, es un verdadero logro. Un abrazo, Clara.

      1. Sí, entiendo el paso de la tristeza a la serenidad… tal vez, como que un sentimiento de carencia ha dado paso a una sensación de paz (o al menos yo he vivido algo así y tu comentario me ha recordado a esto). Un abrazo muy fuerte de vuelta, Belén! <3

    3. Hola Clara! me ha encantado tu artículo, y me hace pensar en lo importante que habría sido para mi haber recibido o leído un mensaje así en mi adolescencia y juventud. Recuerdo el temor que tenía a quedarme completamente sola, situación a la que además sentía estaba predestinada por las peculiaridades de mi carácter y el hecho de sentir que no encaja con el estándar social, algo que podía haber considerado como algo positivo y con la posibilidad de sacarle partido, se convirtió en gran handicap para mi desarrollo personal. Y en un miedo que me impedía ser yo misma en mis relaciones personales.
      Finalmente encontré una persona con la que compartir un proyecto de vida común y 3 hijos, con la que aprendía a ser yo, en parte también, por la sensación de soledad que muchas veces me acompañaba. Esa soledad que no depende de tener personas en tu vida, si no que viene dada por el temor a ser tú misma. Es por esta razón que pienso lo importante que puede ser el aprender a estar solos, a conocernos, querernos y aceptarnos.
      Gracias y un abrazo!

      1. Hola Maribel 🙂

        Lo describes muy bien – esa soledad que «viene dada por el temor a ser tú misma». Sí, creo que si aprendemos a estar solos, conocernos y acompañarnos; luego compartir esto con alguien es de una riqueza distinta… compartes desde una sensación de ‘completud’, más que una de carencia.

        Tiene que ser increíble tener una familia y tres hijos.

        Gracias por compartir tus reflexiones y sensaciones 🙂 🙂

        Una abraçada gegant, Maribel!!

    4. Hola Clara! Avui tenia un dia tonto y m’ha arribat una invitació a fer una ullada al teu blog. Estic aprenent a donar lloc a les emocions anomenades “dolentes” ja que està molt arraigat el pensament que està trist, o enfadat és dolent i per tant inacceptable. Estic aprenent a donar-li lloc a aquestes parts de mí menys lluminoses i el teu article m’ha vingut molt bé! I pel que fa a la soledat és una cosa a la que temo molt, però és veritat que al final la vida sempre ens porta allò que necessitem. La qüestió és anar-ho integrant a poc a poc.
      Gràcies Clara!

      1. Hola Estefania,

        Gràcies per compartir les teves reflexions 🙂 Està trist i enfadat per a res és dolent! Són emocions que tenen la seva funció; la tristor ens ajuda a processar la pèrdua i la ira en el moment adequat i expressada bé, ens ajuda molt a posar límits.

        Jo a vegades també tinc conflicte amb les meves parts menys lluminoses 😉

        I sí, crec que gran part del kit de la qüestió sempre és anar integrant processos, el nostre passat, les coses que ens passen, etc.

        Una forta abraçada!!

    5. Me encantó. 💙 Tengo miedo a estar sola. A sentir esa sensación de soledad. La he sentido, y es una sensación inexplicable, de insatisfacción, de desmotivación a la vida. De aburrimiento…De tristeza, como bien dijiste en el artículo.
      Como siempre, me ha encantado y ayudado mucho este artículo!
      GRACIAS 💙 FEEL AND COLOR ES MI PAGINA WEB FAVORITA😚

    6. Acabo de repassar-lo ara. I compartir-lo, crec que és ideal en moments de tanta i certesa que patim amb la pandèmia Merci,

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