Hoy voy a escribir sobre un tema recurrente en mi vida en los últimos tiempos. El ‘mélange’, y los puntos de encuentro y desencuentro, entre luz y oscuridad.
Este tema da para… ¡tela!
Y es que desde fuera a veces parece que las PAS tengamos que ser seres de luz, o lo contrario, seres depresivos que no saben manejarse en un mundo cruel.
Existe una dicotomía parecida en el crecimiento personal. Se vende luz y se venden colores como respuesta a salir de la oscuridad. A veces, cómo si el intermedio no existiera. Como si tuviéramos estar en un u otro extremo, en los diseños de Mr. Wonderful o en un trastorno de ansiedad o un trastorno depresivo o recomiéndonos en nuestras propias dudas y miedos o pensamientos obsesivos.
A parte, este mes se está hablando mucho de esto, porque ha sido el mes Escorpio. Así que, ahí voy.
La vida son CICLOS. Cualquiera que haya pasado por unas crisis y sea un poco consciente de sus procesos, sabe esto ya. Y siendo altamente sensible, más. La vida son procesos para tutti, pero teniendo en cuenta que siendo PAS lo vivimos todo más a ‘lo más’, pues notamos más los extremos.
Hay épocas buenas pero no duran para siempre, en algún momento pasa algo que nos hace tambalear y nos obliga a crecer. Y en esas épocas malas, a veces sentimos que ‘esto no se va acabar nunca’. PERO SE ACABA. O, al menos, se acaba cuando uno aprende. Y, después de estas épocas más ‘oscuras’, suelen venir renacimientos muy luminosos. En cada renacimiento somos más sabios, y más HUMILDES, porque somos conscientes de esos ciclos y sabemos que no lo sabemos todo, que vendrán otras épocas malas, pero que las manejaremos, como hemos manejado las anteriores.
Hace un par de años, aprox, estaba yo en una época más o menos luminosa. Y llevaba en una época más o menos luminosa unos cuantos años. Y estaba yo encantada de mi luminosidad.
Y luego pasó algo que me dejó tiesa, que me partió, en cierta manera. Tengo que reconocer, aparentemente, una de las chorradas más chorras que me ha pasado jamás. Objetivamente hablando. Pero alteró algo muy interno, y muy primario, y profundo, en mí.
A partir de ahí, me pasé parte del 2020 y el 2021 en un estado que no recordaba desde hace mucho o desde casi desde nunca (por la profundidad del proceso que he vivido). Se abrió una caja de Pandora que había estado bien encerradita desde hacia mucho y ¡wow!, he flipado. Y hace un año o hace 6 meses estaba yo pensando ‘por favor, que se acabe ya esta tortura’.
Y SE HA ACABADO. De forma natural. Por su propio proceso.
Y, como suele pasar, lo que había al otro final del túnel, era guay. PERO HABÍA QUE PASARLO.
En este caso, he vivido un gran cambio en las relaciones que tengo con los demás. Porque posiblemente tenía que integrar gran parte de la oscuridad que este proceso ha hecho aflorar, para poder relaciones más plenas y auténticas con los demás.
Lo que he aprendido de este proceso y de mis procesos sobre iluminar o integrar la oscuridad
(por si puede servirle a alguien):
– A veces, a esta oscuridad, también se la denomina «la sombra». La sombra forma parte de nosotr@s. Integrarla nos hace seres más completos, más firmes, más auténticos. Para integrarla hay que reconocerla.
– Las épocas menos buenas siempre, siempre, suelen llevarnos a un lugar mejor. Aunque resulten agotadoras o extremas mientras estén aconteciendo.
– A veces, hay ciertos patrones que debemos desaprender para tener una vida más plena. Algunas épocas duras nos ponen de frente a estos patrones para que puedan ser modificados.
– La oscuridad es igual de necesaria que la luz. La sombra tiene su función. Todo forma parte de la condición humana.
– Lo mejor ante la oscuridad, la nuestra o la de los demás, es simplemente aceptarla. Incluso abrazarla.
– Cuánto más dura es una época, más bien debemos tratarnos a nosotros mismos (y a veces, lo que solemos hacer es lo contrario, echarnos cara el ‘estar mal’ y no poder estar mejor)
– La mejor opción que tenemos para integrar e iluminar la oscuridad, es transitarla.
Si estás en una época oscura..
– Cuídate y mímate mucho. No te obligues a estar mejor. Simplemente, cuídate mientras estás transitando este momento.
– Entiende que la oscuridad, como la luz, forma parte de la vida. Aceptar esta oscuridad nos hace seres más completos.
– Si puedes, rodéate de gente que esté igual de conectada a esto. Que esté en paz con sus sombras. No hace falta que tus sombras sean las mismas que las suyas. Te sentirás más acogido.
– Descansa mucho.
– Aceptar y acoger el proceso, te permitirá tener momentos de paz en medio de la transformación.
– Aceptar nuestra parte menos luminosa nos convierte en seres más auténticos. Así que, si hemos venido a este mundo a ser nosotr@s mism@s, ¡estos procesos tienen todo el sentido del mundo!
– Si estás muy deprimido, siempre puedes pedir ayuda.
Con este post, a parte de dar algunas guías, como hago siempre, quiero reivindicar la necesidad de aceptar estos procesos vitales por lo que son. Que la vida no son flores ni cuervos. Que hay un poco de todo, y que los procesos HAY QUE PASARLOS. Y que no pasa nada si uno durante un año está triste y está muy triste y no sale de ahí. Yo, durante este proceso, me he levantando llorando muchas mañanas. Y NO PASA NADA. Si el sufrimiento es extremo sí que pasa, es mejor buscar ayuda. Pero en los procesos que forman parte de la vida, dejarlos fluir y permitirse sentirlos, suele ser la mejor fórmula para traspasarlos sin que se enquisten. Y hacerlo con mucho mimo.
Si estás en un momento oscurito y eres altamente sensible, te dejo estas guías. Y si quisieras profundizar o que alguien te apoye en tu proceso, puedes saber cómo puedo hacerlo en el apartado Servicios, o escribirme a info@feelandcolor.com
Un fuerte abrazo,
Clara